Una fuerte controversia ha estallado en Estados Unidos luego de que se diera a conocer que Brandon Keith Riley Mitchell, un exprofesor de secundaria originario de Pensilvania y registrado como agresor sexual de menores, logró adoptar a un bebé junto a su pareja del mismo sexo, a pesar de su historial penal.
Mitchell fue previamente condenado por delitos relacionados con abuso sexual infantil y figura actualmente en el registro público de agresores sexuales del estado. El hecho de que las autoridades hayan aprobado el proceso de adopción ha generado indignación entre organizaciones defensoras de la niñez, así como cuestionamientos sobre las fallas en los filtros de evaluación para padres adoptivos.
El caso ha reavivado el debate sobre la eficacia del sistema de adopciones en Estados Unidos, en especial cuando se trata de solicitantes con antecedentes penales graves. Diversos sectores exigen una revisión profunda del marco legal y la implementación de controles más estrictos que garanticen la protección de los menores en todo momento.
Hasta el momento, las autoridades estatales no han emitido declaraciones detalladas sobre cómo se aprobó esta adopción, aunque se anticipa una investigación por parte de organismos de protección infantil.
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