Seguramente has experimentado la desagradable sensación de tragarte un chicle por accidente en algún momento de tu vida. Y es probable que te hayas preguntado cuánto tiempo permanece en tu estómago después de ese incidente. Existe una creencia popular que afirma que el chicle se queda en el estómago durante siete años, pero esto es completamente falso, según los expertos.
«Es un mito de ancianos», afirma Simon Travis, profesor de Gastroenterología Clínica de la Universidad de Oxford, Reino Unido. «No tengo ni idea de dónde surgió el mito; me imagino que se planteó porque alguien quería evitar que sus hijos mascaran chicle».
Travis sostiene que tragar chicle no es perjudicial para el organismo, a menos que se haga en exceso, lo cual es muy poco común. Según él, tragar tres o más chicles al día se consideraría excesivo.
«Si te tragas un chicle, pasará por el estómago, llegará al intestino y saldrá sin sufrir cambios por el otro extremo», explica Travis. «Hay casos de chicles que se alojan en el intestino de bebés e incluso niños si han tragado muchos, y entonces causan una obstrucción. Pero en más de 30 años de práctica gastroespecializada, nunca he visto un caso».
El Dr. Aaron Carroll, distinguido profesor de Pediatría y jefe de Sanidad de la Universidad de Indiana, coincide en que tragar chicle no causa daño, pero tampoco lo considera una opción saludable. «No tiene ningún valor nutritivo», afirma Carroll. «El chicle está hecho a base de edulcorantes, saborizantes y aromas. La goma base es una mezcla de elastómeros, resinas, grasas, emulsionantes y ceras. Así que yo no diría que es sano».
Orígenes del chicle y su uso en la antigüedad: Antes de que el chicle se comercializara y se vendiera en los paquetes que conocemos hoy en día, las civilizaciones antiguas lo utilizaban de formas sorprendentes para calmar la sed y el hambre. Según Jennifer Mathews, profesora de Antropología de la Universidad Trinity de San Antonio, Texas, y autora de «Chicle: The Chewing Gum of the Americas, From the Ancient Maya to William Wrigley», los mayas, por ejemplo, masticaban una sustancia llamada chicle, que obtenían del árbol de la sapodilla, común en el sur de México y Centroamérica.
«El chicle es un látex natural que proviene de un árbol llamado chico sapote o zapote», explica Mathews. «Si se corta un árbol de chico sapote, el látex empieza a rezumar como forma de protección. Forma una barrera para proteger al árbol. Puedes arrancarlo del árbol y empezar a masticarlo».
Del mismo modo, los indios Pima de lo que hoy es Estados Unidos mascaron savia de abeto durante miles de años antes de que los colonos europeos retomaran el hábito y se comercializara, según Mathews.
Cuándo preocuparse por tragar chicle: A menos que sientas molestias o hayas tragado grandes cantidades de chicle, los expertos como Travis y Carroll afirman que no es necesario acudir al médico si accidentalmente te tragas un trozo entero de chicle.
Sin embargo, para las personas con problemas en el tracto gastrointestinal (GI), que es un sistema de órganos que va desde la boca hasta el ano, el chicle tragado podría causar problemas. La Dra. Leila Kia, gastroenteróloga académica y profesora asociada de medicina en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago, explica que si existen obstrucciones, estrechamientos o problemas de motilidad en el tracto GI, el chicle no se descompondrá adecuadamente y podría causar problemas.
La enfermedad de Crohn es una de las causas comunes de inflamación y estrechamiento del tracto GI. En estos casos, los médicos suelen recomendar una dieta baja en residuos, que excluye alimentos como frutas y verduras crudas, frutos secos y semillas, palomitas de maíz y chicle.
En resumen, tragar un chicle de vez en cuando no debería causar preocupación, pero si tienes problemas gastrointestinales preexistentes, es importante prestar atención a lo que comes, incluso cuando se trata de chicle.
