A tan solo cinco meses de su inauguración oficial, la autopista Mitla-Tehuantepec (190-D), obra insignia del gobierno federal en Oaxaca, ha sido cerrada indefinidamente tras el colapso del túnel falso “El Tornillo”, ubicado en el kilómetro 96+500, en la ranchería de Santiago Quiavicuzas. La vía, presentada como una promesa de desarrollo y conectividad para el Istmo de Tehuantepec, hoy se encuentra completamente intransitable debido a un derrumbe que dejó bloqueados más de 130,000 metros cúbicos de lodo, piedras y escombros.
La autopista fue inaugurada el pasado 25 de enero por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador morenista Salomón Jara Cruz, tras casi dos décadas de construcción intermitente. En su momento, fue celebrada como una de las obras de infraestructura más importantes para el sur del país. Sin embargo, su planeación deficiente ha quedado expuesta, generando una oleada de críticas hacia el gobierno de la Cuarta Transformación.
Aunque las intensas lluvias provocadas por el huracán Erick influyeron en el colapso, expertos señalan que el principal factor del derrumbe fue una mala evaluación de riesgos geológicos. La zona es conocida por su inestabilidad, con antecedentes de deslaves, incluido uno registrado durante la construcción en 2024, que forzó la improvisación del túnel colapsado. Las soluciones implementadas no fueron suficientes para sostener las condiciones del terreno, y el resultado ha sido catastrófico para la movilidad de la región.
Además del derrumbe en “El Tornillo”, también se reportaron obstrucciones por rocas y sedimentos en el kilómetro 117, lo que agrava la situación y deja en evidencia la precariedad técnica de una obra multimillonaria. Habitantes, transportistas y empresarios del Istmo han manifestado su frustración ante una promesa que hoy se convierte en símbolo del “ahí se va” gubernamental.
