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jueves, enero 23, 2025
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    Descubrimiento de JuMBOs por el telescopio espacial James Webb desafía las teorías convencionales de formación estelar y planetaria

    El Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha desvelado un misterio celestial en el corazón de la nebulosa de Orión: los JuMBOs (Jupiter Mass Binary Objects, u Objetos Binarios de Masa Joviana). Estos enigmáticos entes celestes, descubiertos por el JWST, desafían las teorías convencionales al borrar las líneas que separan a los planetas de las estrellas, planteando preguntas fundamentales sobre la formación estelar y planetaria.

    La diferencia tradicional entre un planeta y una estrella, aparentemente clara, se torna borrosa cuando observamos gigantes gaseosos como Júpiter y objetos estelares como las enanas marrones. Aunque tienen masas distintas, comparten una composición similar, que no es una roca mayormente sólida como la Tierra. La clave para entender esta distinción se encuentra en cómo estos objetos celestes alcanzan la masa crítica necesaria para desencadenar reacciones nucleares en su núcleo, un umbral que los JuMBOs desafían con su misteriosa naturaleza.

    Los JuMBOs son entidades gaseosas que exhiben vestigios de metano y vapor en su atmósfera, con temperaturas superficiales que alcanzan los 1,000 °C. Lo más intrigante es que no están vinculados a ninguna estrella, lo que plantea la pregunta sobre si podrían ser planetas liberados de la gravedad de las estrellas con las que se formaron o si podrían haberse formado como estrellas en sí mismos. Sorprendentemente, alrededor del 40% de estos objetos se encuentran en pares binarios, sugiriendo una formación completamente distinta a la de los planetas de masas similares y desafiando aún más nuestras comprensiones existentes.

    La emblemática imagen capturada por el JWST, fusionando 700 imágenes a lo largo de una semana mediante el uso del instrumento de infrarrojo cercano (NIRcam), muestra estos minúsculos dúos de objetos resplandeciendo en una sección de la nebulosa de Orión. Ubicados en el cúmulo del Trapecio, en la nebulosa de Orión, estos objetos extremadamente pequeños, con masas incluso inferiores a la de Júpiter, plantean la pregunta fascinante: ¿cuán pequeño puede ser un objeto que se forma como una estrella?

    A medida que los científicos se preparan para realizar observaciones de seguimiento con el JWST, se enfrentan a la intrigante tarea de desentrañar los misterios de estos JuMBOs y su papel en el vasto escenario cósmico. ¿Son estos objetos una parte significativa de los planetas que vagan libremente por la galaxia, sin ataduras a una estrella? Aunque las respuestas aún se escapan a nuestro alcance, la nebulosa de Orión y sus JuMBOs han abierto una ventana a la exploración de las fronteras entre planetas y estrellas, prometiendo redefinir nuestras teorías sobre la formación estelar y planetaria en el futuro cercano.

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