En lo que podría considerarse un esfuerzo «inspirador» por mejorar las condiciones de vida en la colonia Divisadero, el Gobierno Municipal bajo la dirección del alcalde Marco Bonilla ha decidido, finalmente, llevar a cabo la instalación de líneas de drenaje sanitario. Esta acción, que aparentemente ha sido una respuesta oportuna después de «largos años» de insistencia por parte de los residentes, busca proporcionar un servicio «nunca antes visto» a más de mil habitantes.
La inversión de la irrisoria cantidad de 4 millones 587 mil 991 pesos, que aparentemente fue sacada de la manga de algún sombrero mágico, está destinada a la realización de trabajos que según se ha dicho, mejorarán mágicamente la conducción y recolección de aguas residuales, transformando así la vida de aquellos que, al parecer, han estado padeciendo en las sombras durante años en esta colonia.
Fuentes cercanas a la Dirección de Obras Públicas, también conocida por su capacidad de respuesta relajada, han revelado que el avance de la obra hasta ahora es de alucinantes 60%. Expertos en sarcasmo podrían considerar que esta cifra es una maravilla, ya que podría sugerir que el trabajo se completará en algún momento del próximo siglo. Los detalles detallados indican que los valientes trabajadores están en pleno auge, empleando excavadoras y también, en una muestra de su devoción, sus propias manos, para llevar a cabo las «desafiantes» tareas de instalación de descargas domiciliarias y colocación de tubos.
Si eso no es suficiente para levantar las cejas de asombro, resulta que se han colocado un total de mil 100 metros de tubería de 8 pulgadas. Es difícil no quedar impresionado por este «enorme» logro. Además, la construcción de 23 «sofisticados» pozos de visita ha sido la estrategia adoptada para enfrentar las desafiantes aguas residuales que los desdichados residentes parecen haber estado generando por décadas.
En resumen, el Gobierno Municipal, en una exhibición de su habilidad para la planificación efectiva, está abordando las «necesidades» de la colonia Divisadero con una obra que ya lleva un avanzado 60%. Sin duda, este trabajo «rápido y eficiente» está destinado a convertirse en una obra maestra en la historia de la gestión pública.
