En el último enfrentamiento televisivo previo al balotaje del 19 de noviembre en Argentina, el candidato oficialista Sergio Massa y el ultraderechista Javier Milei protagonizaron un encendido debate donde las acusaciones personales se llevaron el protagonismo.
En el escenario electoral polarizado, Milei reafirmó su polémica propuesta de cerrar el Banco Central como medida para frenar la inflación. Ante esto, Massa respondió con una insinuación sobre el pasado laboral de Milei, sugiriendo que no renovaron su pasantía en el Banco Central y lanzando una provocativa referencia a un supuesto examen psicotécnico no superado.
«Si un mentiroso dice que alguien es un mentiroso, ese que está siendo acusado dice la verdad. Si vos fueras Pinocho, ya me hubieras lastimado un ojo», replicó Milei, subrayando el tono confrontativo del debate. Además, acusó a Massa de haber afectado los ingresos de la población.
La estrategia de Massa durante el debate se centró en desestabilizar a Milei, conocido por su discurso ultraliberal y su temperamento inflamable. Massa, con una larga trayectoria política y experiencia en cargos públicos, buscó poner de manifiesto la falta de experiencia de Milei en debates políticos.
Las encuestas reflejan un escenario de empate técnico, con una ligera ventaja para uno u otro candidato dentro del margen de error. La segunda vuelta electoral determinará si el peronismo mantiene su histórico dominio en la política argentina durante las últimas dos décadas o si La Libertad Avanza, una fuerza emergente, accede al Gobierno por primera vez.
Massa también alertó sobre las posiciones críticas de Milei en relación con China y Brasil, principales socios comerciales de Argentina, proponiendo en contraste una diplomacia de «brazos abiertos» para fortalecer la demanda de trabajo argentino.
El país espera con expectación el desenlace de este aguerrido balotaje, que definirá al próximo presidente y marcará el rumbo económico y político de Argentina en los próximos años.
