En un dramático giro de los acontecimientos, el partido inaugural de fútbol masculino entre Marruecos y Argentina en los Juegos Olímpicos de París fue suspendido tras la invasión del campo por parte de hinchas marroquíes. La situación se descontroló cuando los seguidores marroquíes invadieron el terreno de juego y lanzaron petardos a los jugadores argentinos después de que estos marcaran el gol del empate.
El ambiente en el estadio se tornó caótico, obligando a los organizadores a detener el partido durante aproximadamente dos horas. La seguridad tuvo que intervenir de manera inmediata para controlar a los aficionados y evitar mayores incidentes. Los jugadores, visiblemente afectados por el suceso, fueron retirados del campo mientras se restablecía el orden.
Tras una larga espera y medidas de seguridad reforzadas, el árbitro decidió continuar el partido, pero a puerta cerrada para garantizar la seguridad de todos los presentes. En una conclusión inesperada, Marruecos logró imponerse a Argentina, obteniendo la victoria en este tenso y controvertido encuentro inaugural.
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