En un sorprendente giro dentro del proceso de selección de candidatos de Morena para la gubernatura, Federica Quijano, conocida por su alias en el ámbito político, expresó su indignación por la falta de respeto a su identidad. Quijano, quien ha participado activamente en la política regional, lamenta que su alias, el cual ha utilizado durante su carrera, no fue reconocido en la encuesta de reconocimiento, el primer filtro para ser considerada en la encuesta por la candidatura a la gubernatura.
La política, cuyo nombre real es Janine Quijano, considera que esta omisión compromete la transparencia del proceso interno de Morena y levanta preguntas sobre la integridad del sistema de selección de candidatos del partido.
En una declaración pública, Quijano expresó su decepción y afirmó que esta situación va en contra de los principios democráticos que Morena dice representar. «Es inaceptable que se ignore mi identidad política, la cual he construido a lo largo de años de trabajo y dedicación. Este incidente pone en duda la sinceridad del proceso de selección de candidatos en nuestro partido», declaró Quijano visiblemente afectada.
El caso de Quijano ha generado debate en círculos políticos y ha llevado a muchos miembros de Morena a cuestionar la transparencia y la equidad en el proceso de selección de candidatos. Los críticos argumentan que este incidente socava la credibilidad del partido, que ha prometido ser un ejemplo de democracia y participación ciudadana.
Hasta el momento, los líderes de Morena no han emitido comentarios públicos sobre el incidente. Se espera que en los próximos días haya una declaración oficial por parte del partido para aclarar la situación y abordar las preocupaciones planteadas por Quijano y otros miembros del partido.
Este acontecimiento plantea interrogantes sobre la manera en que los partidos políticos gestionan sus procesos internos y cómo garantizan la equidad y transparencia en la selección de candidatos. La respuesta de Morena a esta controversia podría tener un impacto significativo en la percepción pública del partido y su capacidad para mantener la confianza de sus seguidores y votantes de cara a las próximas elecciones.
